Contaros la historia de nuestra empresa es contar la historia de nuestra familia, una familia vinculada a la Sierra de Huelva, la chacina, los jamones, las encinas, la bellota… la Dehesa en estado puro.
Hablar de nuestros recuerdos es hacerlo del olor de braseros de leña, de orégano, de pimentón… a imágenes de amaneceres limpios y zarzos llenos de jamones, chorizos, lomos… colgados en los palos de madera… De un universo propio donde zarzo, guizque, pucha, artesa, cala, matancero,…tienen un significado único y total.
Hasta donde alcanza nuestra memoria familiar en 1890 nuestro tatarabuelo Antonio Castaño…, o quién sabe si incluso antepasados más lejanos en el tiempo, ya era chacinero.
Hoy somos conscientes y estamos orgullosos de ser la historia viva de la tradición chacinera del ibérico en Cumbres Mayores. Eso nos hace sentirnos únicos y tremendamente responsables a la hora de seguir haciendo los manjares que, año tras año, hemos elaborado con la ayuda de un entorno, la Dehesa y una raza sin igual, la ibérica.
Hoy, 135 años más tarde, queremos homenajear nuestra herencia. El legado de ese saber y el respeto que nuestros antepasados nos transmitieron por nuestro entorno, nuestras gentes, nuestros productos y nuestra calidad.
Creemos en lo que hacemos y ese es nuestro compromiso. Hoy recordamos a nuestro padre Antonio Castaño y reafirmamos nuestro vínculo con nuestra tierra, la dehesa y al Ibérico.